En esta ocasión había que escribir sobre la relación con la madre... 
"Sin ti"
Por Andrea V. Arenas
Yo, no tengo madre...
Incluso antes de morir para mí eras la mujer detrás de la puerta, siempre enferma. Ahí comenzó mi soledad, con apenas seis años no tenía con quien jugar, de todos modos había que estar en silencio para no molestarte...
Yo, no tengo madre...
Cuando falleciste, la gente a mi alrededor se extrañaba porque yo seguía jugando sola, como si nada hubiera pasado. Supongo que esperaban que llorara igual que ellos y lo hice, aunque no entendí por qué...
Yo, no tengo madre...
Tenía once años y hacía tiempo ya que me despreciaba por no extrañarte, por no recordarte... Sólo pensaba en ti cuando, en nueva casa, con madrastra y medias hermanas, no se dispensaba el cariño por igual, ni la comida, ni la ropa, ni la convivencia con mi padre... Casi confinada a un cuarto de azotea, llena de dudas y con los cambios propios de la edad, te odiaba por haberme dejado... lloraba y ahora sí entendía por qué...
Yo, no tengo madre...
Como a los quince comencé a reconocerte en fotografías – muy pocas por cierto – preguntaba cómo eras, qué te gustaba hacer... No había respuestas, en casa eras tabú... Imaginaba cómo sería nuestra relación, si me peinarías por la noche, si me enseñarías a maquillarme, si me consolarías, si me regañarías...
Yo, no tengo madre...
Me enamoré por primera vez a los 19. Por fin alguien me quería sin importar si estaba acomplejada tras años de repetidos menosprecios. Por fin alguien me acariciaba, alguien se preocupaba por mí, alguien me amaba, y me gustaba tanto la sensación... pero estaba casado, la desilusión y la confusión me inundaron... y tú no estabas para decirme qué hacer, para ayudarme a seguir... me volví a sentir sola, pero ya no te odie por eso...
Yo, no tengo madre...
Me casé a los 27. Me hubiera gustado compartir contigo la preparación y el alboroto de la boda, tener el recurso de todas las casadas de decir “me voy con mi mamá”, escuchar tus consejos para amamantar o para bañar al bebé... me hiciste falta...
Yo, no tengo madre...
He enfermado. Finalmente comprendí que el que no te recordara o no te extrañara no significa que no te necesitara, y cómo te necesité... y tengo miedo, mucho miedo, como tal vez tú lo tuviste, porque ahora será mi pequeño hijo quien no tendrá madre...
("Caleidoscopio" 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario