De Horacio Quiroga sólo leímos dos cuentos, pero qué cuentos....
El primero fue "El Hombre Muerto".
El primero fue "El Hombre Muerto".
LA REPISA
Por Andrea V. Arenas
¿Por qué no hemos detenido?, no es esta la rutina diaria, es decir, todo sigue igual excepto él...
¿Por qué se ha tendido en la gramilla?, ¿y su machete? él parece muy confundido...
¿Por qué se mueve tan extraño?, ¿qué es lo que intenta ver?, percibo resistencia y perturbación... El sol está casi en el cenit, pronto serán las 12:00...
¿Por qué insiste en seguir ahí tumbado?, ya ha pasado silbando el muchacho del caballo, como todas las mañanas, y él sólo ve con añoranza su casa y su bananal...
¿Por qué estamos recordando así?, el sol cae a plomo; le reconozco sus habilidades para el trabajo del campo y el manejo del machete...
¿Por qué entristezco?, comienzo a entender y le observo con conmiseración. Le siento cansado, en paz, pero desligado...
¿Por qué sigo aquí?, ¿acaso siento respeto, tal vez temor?, ambos escuchamos el llamado acostumbrado a esta hora; para mí tan claro, para él tan lejano...
¿Por qué me siento tranquilo aunque ya no le distingo?, “El hombre muerto” es ahora un bulto, y yo, Malacara, por fin puedo seguir mi camino.
¿Por qué se ha tendido en la gramilla?, ¿y su machete? él parece muy confundido...
¿Por qué se mueve tan extraño?, ¿qué es lo que intenta ver?, percibo resistencia y perturbación... El sol está casi en el cenit, pronto serán las 12:00...
¿Por qué insiste en seguir ahí tumbado?, ya ha pasado silbando el muchacho del caballo, como todas las mañanas, y él sólo ve con añoranza su casa y su bananal...
¿Por qué estamos recordando así?, el sol cae a plomo; le reconozco sus habilidades para el trabajo del campo y el manejo del machete...
¿Por qué entristezco?, comienzo a entender y le observo con conmiseración. Le siento cansado, en paz, pero desligado...
¿Por qué sigo aquí?, ¿acaso siento respeto, tal vez temor?, ambos escuchamos el llamado acostumbrado a esta hora; para mí tan claro, para él tan lejano...
¿Por qué me siento tranquilo aunque ya no le distingo?, “El hombre muerto” es ahora un bulto, y yo, Malacara, por fin puedo seguir mi camino.
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